padre, he pecado:
me enamoré de la mujer
que usa mi cuerpo
mi cara
eterno subsuelo de la nada
donde la unidad deviene en anhelo
yo, perseguidora
muerdo lo que alguna vez
fue el anverso de mi cuello
me revuelvo en vidrio
me extraño
y quizás no me extraño
padre, he pecado:
me enamoré de la mujer
que usa mi cuerpo
por fin me deslizo
por fin la agonía
soy yo la que me besa los pies
mías las marcas en mi espalda
sucumbo
pero la enamorada
no comprende
y nos diluimos en éter
y nos desvanecemos
pero no morimos
y estoy exhausta
ni yo,
ni yo,
ni agravio
ni nadie a quién clamarle
paz
un incidente
ínfimo y corrupto
clavó mis labios
diciembre 16, 2011
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